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Para la sostenibilidad

Esto es lo que puede hacer para ahorrar energía contribuyendo a la sostenibilidad ambiental:
Refrigeración
Si es posible, coloque el frigorífico en la parte más fresca de la cocina, lejos de fuentes de calor (por ejemplo: fogones, radiador y ventana); deje al menos 10 cm de espacio detrás, encima y debajo del aparato para favorecer una buena ventilación.
Ajuste el termostato del frigorífico en función de la temperatura ambiente, evitando que enfríe demasiado (las temperaturas demasiado bajas no sirven para conservar los alimentos, mientras que el consumo energético se dispara un 10-15%).
En el frigorífico, coloque los alimentos según sus necesidades de conservación, recordando que, por lo general, la zona más fría del frigorífico es la de abajo.
No llene en exceso el congelador o el frigorífico: el exceso de llenado podría provocar un aumento del consumo y no enfriar adecuadamente.
No coloque productos calientes en el congelador o el frigorífico: un producto demasiado caliente aumenta el consumo de energía e incluso puede estropear los otros productos que se encuentran en su interior.
Cocción
Escoja hornos de nueva generación, con los que se puede ahorrar hasta un 20% de energía. Por ejemplo, los llamados hornos Open Space, que “se dividen en 2” y permiten reducir a la mitad el consumo cuando no es necesario el uso de todo su compartimento interior.
Encienda el horno siguiendo el tiempo correcto de precalentamiento; además, no lo abra a menos que sea necesario: recuerde que el horno es particularmente un “devorador de energía”.
Para recalentar alimentos, es preferible usar el microondas al horno convencional: al no necesitar precalentamiento, permite un importante ahorro energético.
Compruebe que la placa de cocción de gas esté bien ajustada: la llama amarilla es síntoma de un consumo excesivo (también se puede notar en que las ollas se manchan de negro). Además, la llama que se desprende del quemador es síntoma de exceso de aire. NOTA: Para cualquier ajuste, solicite el asesoramiento de personal especializado.
Las placas de inducción permiten un importante ahorro energético y se integran perfectamente con fuentes renovables, reduciendo realmente al máximo las posibles pérdidas de calor que llega directamente a las ollas.
Aspiración
Utilice la campana de forma consciente, ajustando la velocidad según las necesidades reales de aspiración.
Limpie periódicamente los filtros: este mantenimiento mejorará las prestaciones, reduciendo así el consumo.
Temperatura en casa
Utilice el sistema de calefacción o refrigeración del aire cuando sea necesario y ajuste los termostatos adecuadamente; cuando estén en funcionamiento, procure mantener las ventanas bien cerradas, evitando cualquier corriente de aire; asegúrese también del buen grado de aislamiento de la carpintería (baja conductividad térmica o ventanas con doble acristalamiento).
Si es posible, evite cubrir los radiadores con cortinas o muebles.
En casa, en invierno durante el día, mantenga la temperatura alrededor de los 20 °C. Tenga en cuenta que por cada grado menos ahorrará entre un 5 y un 10% en gastos de calefacción (fuente: ENEA).
Si se queda en casa poco tiempo, instale un termostato con temporizador para que la calefacción se ponga en marcha solo unas horas antes de volver.
Recuerde: es importante para la salud comer con calor, pero se puede dormir con frío.
Consumo de agua
No deje el grifo del agua abierto innecesariamente: una regla sencilla y sin duda la más eficaz para ahorrar agua.
Compruebe que los grifos estén bien cerrados: verifique que no gotean; en caso de fugas continuas, lleve a cabo rápidamente su mantenimiento. La sustitución de juntas, que cuestan unos pocos céntimos, evita el derroche de decenas de miles de litros de agua por año.
Valore el uso del agua corriente en lugar del agua embotellada; de ese modo contribuirá a disminuir la producción de residuos plásticos y la contaminación que provoca su transporte. Use grifos con atomizador y cámbielo periódicamente: el consumo de agua se reducirá de manera significativa.
No abra el grifo del agua caliente cuando no sea necesario: aunque el agua caliente no llegue al grifo, podría activarse inútilmente la caldera.
Elimine la cal periódicamente del filtro del grifo para que sea capaz de mezclar eficazmente el chorro de agua con el flujo de aire y reducir el consumo con el mismo efecto. Evite usar el lavavajillas cuando no esté completamente cargado, reducirá el derroche tanto de agua como de energía.
Nunca exceda las dosis de detergente recomendadas por el fabricante y controle el tipo de detergente en base a la dureza del agua; de esta forma reducirá el consumo de agua. Deje que el agua utilizada en la cocción y sin sal se enfríe (por ejemplo, después de hervir las verduras) y utilícela para regar sus plantas.
Iluminación
Si en cada hogar italiano se reemplazara aunque solo fuera una lámpara tradicional de 100 W por una lámpara de bajo consumo de 20 W, la cantidad de electricidad ahorrada por año sería igual a 1.920 millones de kWh y las emisiones a la atmósfera se reducirían en 960.000 toneladas de CO2 al año. El consumo eléctrico anual de tres personas que viven juntas corresponde a 1,7 toneladas de CO2 liberadas a la atmósfera y, para compensarlas, sería necesario plantar tres árboles. El consumo de un kWh, que corresponde a una media hora de encendido de un calentador de agua o de una estufa eléctrica, requiere la combustión, en las mejores centrales, de unos 250 g de fueloil y provoca la emisión de 750 g a la atmósfera de CO2. Una familia de 4 personas consume unos 7 kWh al día, quema 2 kg de petróleo y emite casi 2.800 litros de CO2 (fuente: ENEA).
Utilice lámparas modernas de bajo consumo (fluorescentes o LED), sobre todo en las habitaciones en las que se permanece más tiempo: la inversión inicial es un poco más alta pero, además de ser buenas para el medio ambiente, a la larga también resultan más económicas.
En la cocina, evite las lámparas de techo con muchas bombillas. Una lámpara de 100 W proporciona la misma iluminación que 6 bombillas de 25 W, consumiendo un 50% menos (ENEA).
Apague las luces que no utilice: es importante acostumbrarse a no dejar luces encendidas inútilmente.
Gestión de residuos
Evite los desechables: como alternativa, elija desechables biodegradables o compostables.
Separe los residuos que produce tanto como sea posible para su reciclaje o recuperación.
Elija productos envasados ​​en material reciclado o fácilmente reciclable, como los de un solo material.
Si es posible, compre productos a granel o rellene sus envases de detergente y champú o gel de ducha.
Recuerde reutilizar la bolsa de la compra, evitando adquirir una nueva en cada compra.
Devuelva el vidrio que sea retornable a la tienda. No lo tire a la basura.
Deséchelo en los contenedores apropiados para el vidrio a reciclar.
Compacte los residuos voluminosos siempre que sea posible (botellas, botes, cajas). Si tiene un jardín o una terraza, utilice los residuos orgánicos o vegetales para hacer compost para sus plantas.
Recicle: de “nueva vida” a los objetos, utilizándolos al máximo, a veces incluso de forma “creativa”.
Utilice pilas recargables, cuestan más pero tienen una importante ventaja: se pueden utilizar varias veces y evitan el tener que desechar en el medio ambiente pilas adicionales.
Limpieza de la cocina
No use más detergente de lo necesario; para limpiar las superficies no muy sucias es suficiente un paño de microfibra humedecido con agua.
Elija los detergentes más ecológicos (como los que tienen la etiqueta Ecolabel, que certifica que el producto, en todo su ciclo de vida, produce un menor impacto medioambiental) y con embalajes menos perjudiciales para el medio ambiente.
Es preferible el uso del lavavajillas cargado completamente que el lavado a mano: los aparatos modernos requieren mucha menos agua y detergente que los necesarios para lavar a mano.
Cómo desechar la cocina
Cuando llegue el momento de cambiar de cocina, para minimizar cualquier impacto medioambiental, plantéese primero la posibilidad de su reutilización total o parcial (por ejemplo, en segundas residencias, garajes, organizaciones benéficas o mercadillos de segunda mano).
Si por el contrario hay que desecharla, contacte con los centros autorizados de su ciudad e intente, en la medida de lo posible, separar los componentes reciclables (madera, vidrio, aluminio, acero, etc.), facilitando la recogida selectiva y permitiendo así, que surja un nuevo producto sin el uso de recursos primarios.
Preste especial atención a los equipos eléctricos y electrónicos (los denominados RAEE), como los electrodomésticos, que pueden contener materiales nocivos para el medio ambiente si se eliminan de forma inadecuada. Para ello, contacte con los centros de recogida de su ciudad.